Mi primera experiencia con una boquilla.

Mi primera experiencia con una boquilla.

Mi primera experiencia con una boquilla.

Cuando empecé a estudiar trombón, mi profesor me recomendó comprar una boquilla de una marca y modelo específicos (que prefiero no mencionar). 

 

La compré en la única tienda de música de mi pueblo, llena de baterías y guitarras eléctricas, creo que cuando le pedí una boquilla de trombón al hombre que me atendía, creo que no sabía que los trombones llevaban una boquilla.

 

Después de consultar unos catálogos encontró la boquilla que quería.

Tardó más de dos meses en llegar 😅

 

¡Finalmente, tengo la boquilla en mis manos!

Llego a mi casa emocionado por tener una "Boquilla nueva". Abrí la caja, saco la boquilla de la bolsa de plástico y la primera impresión fue horrible, el plateado estaba todo ennegrecido, pero lo más sorprendente fue lo mal fabricada que estaba. En ese momento, con 18 años, ya tenía ciertos conocimientos de mecánica de tornero.

El interior estaba completamente rallado y, para mi asombro, el agujero estaba visiblemente torcido y con un escalón en su interior. Sin probar la boquilla voy otra vez a la tienda para verificar si eso era normal. 

 

El hombre la mira y me dice que el la ve bien, saca del cajón un “algodón mágico” para limpiar metales y la verdad que la dejó súper brillante. 

Sin embargo, no me parecía normal y le exigí que me cambiara la boquilla. 

 

Afortunadamente, cuando pidieron mi boquilla, también compraron dos modelos iguales y aún tenían uno en el cajón. Lo abrimos y, aunque también estaba ennegrecida, el interior parecía estar en mejor estado y resignado me conformé con esta nueva boquilla.

Aún conservo esa boquilla.

Con mi primera boquilla realicé mis primeros ajustes, por decirlo de alguna manera.

En primer lugar, modifiqué la forma del aro interior, ya que se me clavaba en el labio. La primera experiencia fue fenomenal.

Ahora me sentía mucho más cómodo. 

Después, abrí el granillo, ya saben “que fluya el aire” y ahí fue cuando cometí mi primer error, “vamos que la cagé” pero también fue mi primera lección para saber como funcionan las boquillas

 

Quizás la mala experiencia de comprar una boquilla tan mal hecha, me llevó a ser tan perfeccionista con las boquillas que ahora fabrico.

Continuará…..

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